Supongo que la vida nunca debería ser demasiado larga como para olvidar ciertas cosas. En realidad no tiene ningún sentido que la vida llegue jamás a ser "demasiado" larga, o "demasiado" bella, o "demasiado" sencilla. La vida nunca es demasiado. Solo pienso que la vida empieza ser larga cuando olvidas algunas vivencias, cuando tu cansado y perezoso cerebro almacena en el trastero ciertas experiencias en las que quizá algún día escarbes, o en las que quizás no. Por eso no deberíamos olvidarnos de nada. Deberíamos escribir sobre cada una de las personas que hemos conocido, memorizar sus facciones, su personalidad y grabar su risa en una de esas cutres grabadoras. Deberíamos llevar cientos de papeles y bolígrafos como complemento esencial para vivir, no deberíamos dejar de escribir jamás. Y por eso las autobiografías son en ocasiones tan aburridas, porque alguien debió pensar algo parecido a lo que yo os cuento.
Sofía
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